Todos los años, hay alegría y tristeza: La alegría cuando bailamos, cantamos... Y la tristeza cuando llega el momento de despedirse de los niños que van a sexto, el año que viene, nos toca a nosotros despedirnos de nuestro colegio, que nos ha visto crecer.
Desde que éramos chiquititos, hemos cambiado tanto físicamente cómo psíquicamente.
Cuando vallamos al instituto, vamos a echar mucho de menos este colegio.
miércoles, 18 de junio de 2014
jueves, 12 de junio de 2014
Tabla verbo mentir con segunda persona del plural
Modos
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Tiempos simples
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Tiempos compuestos
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Indicativo
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Presente: Vosotras mentís
Pretérito imperfecto:
Vosotras mentíais
Pretérito perfecto simple: Vosotras mentisteis
Futuro: Vosotras mentiréis
Condicional: Vosotras mentiríais
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Pretérito perfecto compuesto: Vosotras habéis mentido
Pretérito pluscuamperfecto: Vosotras habíais mentido
Pretérito anterior: Vosotras hubisteis mentido.
Futuro perfecto:
Vosotras habréis mentido
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Subjuntivo
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Presente: Vosotras mintáis
Pretérito imperfecto:
Vosotras mintierais o mintieseis
Futuro: Vosotras mintiereis
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Pretérito perfecto:
Vosotras hayáis mentido
Pretérito pluscuamperfecto:
Nosotras hubieramos o hubiesemos mentido
Futuro perfecto:
Vosotras hubiereis mentido
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Imperativo
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Presente:
Mentid vosotras
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El modo imperativo no tiene tiempos compuestos
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martes, 10 de junio de 2014
El valor de lo público
Erase una vez, en un país muy rico llamado ''Frikilandia'', los habitantes eran tontos, porque siendo ricos llevaban siempre la misma ropa.
Y como eran ricos, tenían montones y montones de comida. Y todos los envases de plástico los tiraban al suelo y no los reciclaban.
Entonces fuimos a comprobarlo a ver si era verdad. Y vaya que si era verdad. Las casas estaban hundidas bajo las profundidades de la basura.
Y decidimos limpiarlo todo. Terminamos de limpiar ''Frikilandia'' ¡A los dos meses!
Y cuando todo se quedó cómo ''los chorros del oro'', conocimos a un frikilandies.
Y nos quedamos unas noches a dormir. Entonces cuando nos despertamos, teníamos a un frikilandia encima nuestra.
-¡Ahhhhhh! frikilandiaaaa-queeeee odio a las personas que no terminan las frases.
Entonces cuando salimos, otra vez ¡Todo lleno de basura de nuevo! Y pensamos que allí se escondía algún misterio. Más tarde, fuimos a dar un paseo en barca.
Y toda el agua, estaba llena de frikilandias. Allí nos encontramos con un mapa que ponía que teníamos que hacer un recorrido.
Entonces empezamos a hacer el recorrido en barca y había tantos frikilandias por el agua, que no podíamos avanzar por el agua. Entonces dijo César:
-¿Pero cuantos frikilandias puede haber aquí?
-¿Pero cuantos frikilandias puede haber aquí?
-Ya ves que hay más frikilandias que agua.
Cuando ya llegamos a tierra firme. Y luego teníamos que seguir el recorrido. Había muchos frikisanimales todos con pelo de champiñón al igual que todos los frikilandias. Y todos iban de negro.
Cuando ya llegamos a tierra firme. Y luego teníamos que seguir el recorrido. Había muchos frikisanimales todos con pelo de champiñón al igual que todos los frikilandias. Y todos iban de negro.
Y luego nos bañamos en una piscina y ¡nos dio superpoderes!
Entonces, podíamos volar. Y pudimos ir al sitio donde indicaba el mapa y nos encontramos con... ¡Un monstruo de la basura! con razón había tanta basura en Frikilandia.
Y más tarde vencimos al monstruo. Y el país de Frikilandia, volvió a ser normal, excepto por los habitantes con pelo de seta.
Ainhoa 5º
lunes, 2 de junio de 2014
Resumen sobre el texto ''Un país con demasiados reyes''
Érase una vez, en un pequeño país, dónde todos los habitantes que habían eran reyes, sus esposas, reinas, los niños príncipes y las niñas princesas, pero cómo todos los habitantes eran reyes, a todos les faltaba un súbdito.
Había una tienda de muebles dónde se vendían sillas y camas imperiales.
Y también otra tienda donde la gente compraba capas de armiño.
Como toda la gente quería su propia corona, había una tienda que se llamaba coronería.
Entonces, un caballero pasó, y le preguntó a un niño, bueno, mejor dicho un príncipe:
- Oye, ¿sabes dónde?
- ¡Llámame majestad! -replicó el príncipe.
Unos segundos después, le preguntó el príncipe a el caballero: Eh, ¿Y tú cómo has llegado hasta aquí?- Me he perdido.
- Contestó el caballero. Cuando, mucha gente le perseguía todos diciendo que fuera su súbdito. Todas las personas peleaban por él.
Mientras nadie se daba cuenta, el súbdito se fue con su caballo, y todas las personas dejaron de discutir y siguieron persiguiéndolo y el caballero vio pequeños puntos hacia el horizonte.
Había una tienda de muebles dónde se vendían sillas y camas imperiales.
Y también otra tienda donde la gente compraba capas de armiño.
Como toda la gente quería su propia corona, había una tienda que se llamaba coronería.
Entonces, un caballero pasó, y le preguntó a un niño, bueno, mejor dicho un príncipe:
- Oye, ¿sabes dónde?
- ¡Llámame majestad! -replicó el príncipe.
Unos segundos después, le preguntó el príncipe a el caballero: Eh, ¿Y tú cómo has llegado hasta aquí?- Me he perdido.
- Contestó el caballero. Cuando, mucha gente le perseguía todos diciendo que fuera su súbdito. Todas las personas peleaban por él.
Mientras nadie se daba cuenta, el súbdito se fue con su caballo, y todas las personas dejaron de discutir y siguieron persiguiéndolo y el caballero vio pequeños puntos hacia el horizonte.
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