viernes, 17 de enero de 2014

Aprendemos instrumentos nuevos y diferentes

La flauta de pan:                                                 Nuestros mayores cuentan hermosas leyendas que, lejos de ser reales, pretenden explicar el nacimiento de las flautas de pan.

Curiosamente, en todas ellas existen ciertos nexos de unión, que en ocasiones, hablan de sonidos divinos en justa concordancia con la dulzura de sus registros y en contraposición con la perfección que conlleva su simpleza.

La flauta de pan, es un instrumento de origen incierto remontándose su existencia en el tiempo muchos siglos atrás.   
                                                                       

                                                                              

 El bendir:
El bendir, es un típico marco de tambor.
Instrumentos similares son comunes en todo el
este de Marruecos, cerca de Iraq y también en el norte de África. La característica de este instrumento reside en la trampa cadenas, que se
ejecutan dentro de los instrumentos cerca de la piel del tambor.






                                                                           
                                                                                    El yidaki                     

El didjeidoo es un instrumento de viento utilizado por los aborígenes australianos. Este instrumento es básicamente u tubo de madera que se hace sonar al vibrar los labios en uno de sus extremos. Esta vibración, es amplificada por las paredes del tubo, generando un sonido único y profundo. Es posible modular la vibración obtenida, moviendo los labios y la lengua, o sumando a la vibración sonidos surgidos de la garganta. Además, los sonidos producidos tienen una impronta rítmica notable, sonando muchas veces como un instrumento casi percusivo.

                                                                  La balalaika:
                                                                 
 la balalaica es un instrumento de cuerda, surgido en Rusia hacia el siglo XVII, probablemente como adaptación de instrumentos centroasiáticos. La forma que hoy le conocemos se asentó en 1880 gracias al trabajo del violinista Vasily Vasilievich Andreyev, quien comenzó a incorporarla en sus conciertos y adaptó varias canciones folclóricas rusas para su interpretación (también compuso obras en torno a ella). El instrumento tuvo varios perfeccionamientos posteriores, pero es el diseño de Andreyev el que fue patentado y difundido. A partir de su forma original se han derivado también la balalaica piccolo, prima, segundo, alto, bajo y contrabajo.


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